Crítica museográfica del Museo Nacional de las Intervenciones
Ex convento de Churubusco

Antes de ser Museo, el ex convento de Churubusco fue ocupado por los Yorkinos en el año de 1847; luego en 1867, Benito Juárez declara a este sitio Patrimonio Cultural de la Humanidad; en 1880, este sitio fue un hospital. En el Siglo XX (1819-1820), la Universidad Nacional lo transforma en el Museo Histórico de Churubusco, abriendo sus puertas al público el 20 de Agosto de 1919. En 1933 es nombrado Monumento Histórico. Luego de tantas transformaciones en este sitio, el 13 de septiembre de 1981 se crea el Museo Nacional de las Intervenciones, gracias al presidente José López Portillo. El objetivo principal de este museo es hacer un recuento histórico de todas las intervenciones extranjeras que ha tenido México. El museo, está dividido por salas, en cada una se presenta una intervención, en la cual se exhiben armas, pinturas, documentos, mapas, banderas y un sinnúmero de objetos para facilitar la comprensión de cada invasión extranjera. Es necesario detallar, que aunque los espacios están bien distribuidos y bien organizados, las salas son muy cortas (recordando que el museo es un ex convento, así que lo que es usado hoy como sala de exhibición, en realidad eran antiguas bibliotecas y dormitorios), lo que ocasiona que cuando hay muchas personas en una sala, los espacios se vean reducidos y no se puedan ver bien los materiales integradores de la muestra.

Los guiones que se muestran en cada salón contienen información sintetizada, con un tamaño de la letra un poco pequeña y sobre todo explican las pinturas, los objetos presentados, las banderas y los mapas, siendo muy pocos realmente los que explican los sucesos y las características más importantes de cada intervención. No se está diciendo que falte información en el museo, sólo se está haciendo una comparación de la cantidad de guiones que están destinados para explicar los objetos, con la cantidad de guiones que están destinados para explicar cada intervención. La primera sala del museo está destinada a una breve introducción de las intervenciones extranjeras, seguida de la independencia, en donde destaca la copia de la «silla presidencial». En las siguientes salas se muestran las Intervenciones de España (1829), Francesa (1838-1839), norteamericana (1846- 1848), Francesa II (1862-1867), República restaurada, Porfiriato, Revolución Mexicana I y Revolución Mexicana II, Norteamericana II (1914), así como un acervo artístico del ex Convento de Churubusco. Las salas que más destacan en esta exhibición son la norteamericana y la francesa, ya que la cantidad de banderas, armas, documentos son numerosos, destacando los cañones, la maqueta y retratos de los personajes más importantes.

Actualmente, el museo está siendo remodelado en la parte de abajo gracias a que el sitio está a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la mayoría de los objetos y materiales con los que cuenta el Museo son presentados por otras dependencias de esta institución, además de otras organizaciones y donaciones de particulares. El horario de visita al Museo Nacional de las Intervenciones es de martes a domingo, con un horario de 9:00 hrs. a 18:00 hrs.

En cuanto a la iluminación, el museo cuenta con espacios bien iluminados y algunos otros en los que la luz es muy escasa, esto se debe a que la mayoría de los salones les llega la luz del sol gracias a las ventanas que existen a lo largo de convento. La vigilancia está presente en cada sala, con lo que nos da la seguridad de que todos los componentes del museo (banderas, pistolas, documentos y objetos) se encuentran en buen estado, a pesar de los años de antigüedad.

En general, y haciendo un recuento de todo lo antes mencionado, el museo se encuentra en buenas condiciones, con gran cantidad de materiales y textos para facilitar la comprensión de cada intervención, lo que es necesario, es el uso de más objetos didácticos como son videos, preguntas al inicio de cada sala, exposiciones temporales, etc.; estas actividades didácticas podrían realizarse en las áreas verdes con las que cuenta el ex convento, esto ayudaría a mejorar la calidad de información del museo.

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