REFORMAS ECONÓMICAS

HACIA EL LIBRE MERCADO.

A principios de la década de los 1980’s, México y otros países latinoamericanos sufrieron una sucesión de crisis de deuda. Al borde del colapso financiero, varios gobiernos de la región optaron por adoptar la financiación de emergencia que les ofrecieron los Estados Unidos e instituciones financieras internacionales tal como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Pero los préstamos de Washington y de las organizaciones internacionales fueron entregados bajo la condición que los países latinoamericanos adoptaran una serie de reformas económicas cuyo propósito era promover el libre mercado y disminuir el papel del estado dentro de los asuntos económicos.

Estas reformas, infamemente apodadas el “consenso de Washington” por el economista John Williamson, incitaban a los gobiernos a equilibrar sus presupuestos, privatizar sus empresas públicas y abrir las puertas de sus economías al comercio y a la inversión internacional.

“Tras el ‘consenso de Washington,’ América Latina efectivamente le dio la bienvenida a la integración con la economía global.”

Al adoptar tales políticas, los gobiernos latinoamericanos efectivamente dejaron atrás la era de sustitución de importaciones, un modelo que condenaba la dependencia en la exportación de productos básicos y primarios mientras defendía el desarrollo de la industria doméstica, lo cual se debería llevar a cabo por medio de restricciones contra la competencia extranjera. Al tomar estas medidas a favor del libre mercado, América Latina efectivamente le dio la bienvenida a la integración con la economía global.

El giro hacia el libre mercado también impulsó el comercio dentro de la región. Por ejemplo, los países del cono sur establecieron el mercado común de Mercosur y, al hacerlo, eliminaron aranceles y otras restricciones al comercio que existían entre Brasil, Argentina, Uruguay y Parguay. En 1996, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia fortalecieron el Pacto Andino de 1969 y formaron la Comunidad Andina de Naciones. Su meta fue eliminar los obstáculos al flujo del comercio y, eventualmente, de personas entre los países de la región andina. A la misma vez se establecieron varios acuerdos de libre comercio bilaterales entre países latinoamericanos, tal como el que firmaron México y Bolivia en 1994, Colombia y Chile en el 2006, y Chile y Perú en el mismo año.

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